-Hoy me ingresan
por ataque de ansiedad, ya veréis. Encima me están entrando mareos,
¡me da algo fijo! -digo aun parada en medio de las mesas y con el
camarero mirándonos raro.
-Megan, tranquila
¿vale? Recuerda, no puede decir nada, secreto profesional -dice
María intentando calmarme mientras me arrastra hacia la mesa.
-Chicas no es por
meter prisa ni nada, pero nos han visto y no hacen buena cara.
Respirando
profundamente, me digo a mi misma que ya no hay vuelta atrás, y que
sea lo que dios quiera, así que agarrándome del brazo de mis amigas, voy decidida hacia la mesa.
-Hola chicas, ya
pensábamos que ibais a salir corriendo -dice Dylan mientras nos da
dos besos y a mi se me cae la baba, esta guapísimo con ese traje,
estoy por llevármelo a los lavabos, <<Megan, recuerda, las
hormonas del embarazo te van a hacer pasar muy malas jugadas>>
me digo a mi misma- este es mi mejor amigo y también doctor de
pediatría, Duncan, y el es Carlos al que ya conocéis gracias a
Estrella.
-¿Gracias a
Estrella? -dice Carlos mientras yo palidezco.
-Si, Carlos,
tranquilo, nos hemos encontrado con Dylan en la sala de espera cuando
iba hacia tu consultorio para mis pruebas. - dice Estrella mientras
Carlos, con una cara de alucine me mira, creo que esta apunto de
desvelar la mentira, pero en ved de eso, sonríe y con una voz que no
me gusta nada dice:
-Megan, ¿como
esta tu padre? ¿aun sigue teniendo esa preciosa casa? - ¡pero sera
cabrón! En menudo barrizal me esta metiendo el muy desgraciado.
-Esta muy bien,
sigue aun tus consejos con la dieta, aunque creo que no tardara en
hacerte una visita a la consulta, y si, sigue teniendo la casa.-
¡mentira! y gorda, mi padre no sufre de salud, pero como esta mañana
se a dado cuenta que llevo el apellido de mi madre, me a preguntado
por el, y mis amigas han sido unas bocazas y le han dicho que es
Rayo.
-Carlos, casi
conoces mas cosas de Megan que yo -dice Dylan, todos nos reímos y
cuando creo que se va a terminar la conversación dice Carlos:
-Seguro que tu
nuevo pelo no le gusta nada ¿a que no? - <<Carlos, Carlos, que
te estas pasando, tengamos la fiesta en paz, que solo a sido una
pequeña mentira y la vamos a liar>> - Seguro que te a gritado
y mas cuando salgas en la prensa otra vez.
-¿En la prensa?
-dice Dylan alucinando y yo palidezco.
Menos mal que
llega el camarero a tomar nota de lo que vamos a comer y se relaja un
poco mas el ambiente, aun así, yo aprovecho para mandarle miradas
asesinas a Carlos que el corresponde soltando una carcajada que
vuelve a llamar la atención de todos.
Cuando se va el camarero,
Dylan me mira y yo me cago en todo, así que, antes de que diga una
sola palabra mas, miro el móvil y hago como si me llamasen y me
excuso, voy directa al lavabo y ahí busco el numero que me dio
Carlos por si tenia una urgencia y le mando un SMS que dice:
Como
le digas una sola palabra mas de mi padre a Dylan, juro que me cabreo
como no te puedes imaginar.
Después
de unos segundos de espera me llega su contestación:
Megan,
este teléfono solo es para urgencias y no estas en condición de
amenazar, pero tranquila, que no diré nada mas, pero el esta
interesado de verdad en ti y como no le digas pronto la verdad se la
diré yo.
Ese
mensaje me abre los ojos, ¿que hago yo, fastidiando la vida a
alguien? Así que decido retirarme de la lucha y salir corriendo del
restaurante y de la vida de Dylan, no quiero ser causa de un
sufrimiento para el. Salgo de los servicios y voy decidida hacia la
mesa, cuando llego, cojo mi bolso y digo:
-Lo
siento, pero tengo una urgencia y tengo que marcharme, encantada de
conocerte Duncan y espero volver a verte pronto Carlos, ya nos
veremos Dylan. Chicas, quedaros y disfrutar, mas tarde hablamos.
-Megan,
espera, te llevo. -dice Dylan tan galante como siempre.
-Tranquilo,
disfruta de la velada, cogeré un taxi.
Cuando
salgo a la calle, una ráfaga de aire frió me da en la cara y me hace
tiritar, se nota que se acaba el verano.
Paro
un taxi, pero cuando el conductor me pregunta a donde vamos, no
se que decir exactamente, pues no se si Javier se abra ido de mi piso
y me da miedo, la ultima vez que lo vi, juro que me mataría a mi, y
a los bebes que tuviera. Inconscientemente, me llevo las manos a mi
inexistente barriga y sonrió. Termino diciéndole la dirección de
un pequeño chalet que tienen mis padres en Barcelona para poder
coger un coche yo misma.
Al
verme, el portero se pone nervioso, casi nunca viene nadie de mi
familia aquí, siempre tiene que ser una urgencia, pero en mi caso,
no tengo donde ir.
-Hola,
soy la hija de Colin hernandez, ¿me podría dar la llave del garaje
que tiene en la cabina para poder coger un coche?.
-Buenas
noches señorita, ¿tiene alguna identificación?
Le
doy mi DNY y como no, tiene que llamar a mi padre, seguro que antes
de entrar en el garaje ya me esta llamando mi madre. PUFF.
Efectivamente,
nada mas sentarme en el jaguar deportivo de gama alta de mi padre, mi
madre ya me esta llamando.
-Mama,
no tengo ganas de hablar, así que si me puedes hacer el favor de
llamar al guardia del circuito de papa y decirle que tenga todo
preparado para que pueda desahogarme, mejor.
Como
mi madre ya sabe que cuando estoy así, es mejor no atosigarme,
asiente y en cuanto cuelga, se que llama directamente al circuito.
Justo
cuando estoy entrando en el aparcamiento del circuito, en mi móvil entra una llamada
y con muy pocas ganas pongo el manos libres y suelto:
-Lo
siento, pero esta noche no estoy para conversaciones ¿que quiere?
-Hola,
me encanta ese Jaguar, aun que vale un pastón, y no quiero ni pensar
por que lo estas conduciendo, ¿podemos hablar?
-¿Dylan?
¿me estas siguiendo?.
Continuara...
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