jueves, 28 de julio de 2016

Capitulo 5 de "el ultimo suspiro"

Me hago la despistada, pues no vaya a ser que valla a por otra persona y yo me haga ilusiones, pero cuando ya esta pegado a mi no me queda otro remedio que reprimir la sonrisa por las caras de alucine que están poniendo mis amigas y levantar la vista.
-Dios, Megan, que te has hecho en el pelo, casi no te reconozco. -dice con una sonrisa y mirándome con ojos sorprendidos y con dudas.
- Fue...Fue...por una apuesta, la perdí y ya no lo e podido retrasar mas. Te apetece tomarte un café con nosotras, estas son mis amigas, María y Estrella. - digo señalándolas con la mano e intentando que se olvide de lo de mi pelo, no me gusta mentirle pero tampoco quiero contarle mi vida privada.
Cuando les a dado dos besos a las dos, se sienta el la silla que hay al lado mio y señalando el regalo que aun tengo en las manos, dice:
-No fastidies, ¿eso es un vale para conducir durante un día entero el coche que quieras?.
-Pues si, me lo acaban de regalar y estaba pensando en ir al fin de semana que viene con ellas, ¿te apuntas? -no se por que lo e dicho, pero me ha salido del alma invitarle, espero no asustarle con mi conducción, pues desde pequeños mi padre nos enseño a conducir como locos a mi hermano y a mi coches de carreras, ya que el es el famoso “rayo” ganador de miles de carreras por todo el mundo, ya esta jubilado, pero siempre que compra un coche soy yo, su pequeña estrella, quien lo prueba en su pista privada donde enseña a conducir a pequeños pilotos.
-Dime hora y lugar y estaré ahí, ¿que coches quieres conducir? -dice con una sonrisa, que declara a simple vista que piensa que no sabre conducirlos y que me costara.
- Pues quiero probar un mustang GT y un ferrari y si se puede alguno mas no tendré problema. -me mira con cara de vacile como diciendo ¿bromeas no?- si quieres puedes se mi copiloto, ellas -digo señalando a mis amigas con la mano- ya saben lo que hacen y no creo que se atrevan a meterse en un coche conmigo cuando tengo la pista para mi.
Mis amigas se echan a reír y yo también, pues estoy segura que están pensando en la vez que me acompañaron al circuito de mi padre y el las convenció para subir al coche conmigo, creo que vieron pasar su vida en segundos.
- Enserio, ¿esta loca sabe conducir coches de cilindrada alta? -dice mirándolas con cara de sorpresa. Ellas se mirar, se que le van a gastar alguna, así que me relajo en la silla y bebiendo de mi frapuchino espero lo peor.
-Te apostamos lo que quieras a que le haces parar el coche para ir al baño a vomitar antes de la décima vuelta. -dice Estrella que es la que mas sufrió en el coche cuando conduci como una loca.
-Doscientos euros a que no aguantas ni quince vueltas – dice Maria.
-Me estáis asustando. - en ese momento ya no puedo aguantar mas y me echo a reír a carcajada limpia.
-Vale, acepto la apuesta y la subo a trescientos a que aguanto quince vueltas y que cuando salga de el coche no vomito.
-Trato hecho -dicen las dos y le dan la mano mientras me mirar y sonríen sabiendo que no va a llegar ni a la quinta vuelta.
Tras eso, mis amigas se despiden con la escusa de que tienen que ir a un lugar y le hacen prometer al pobre Dylan de que me llevara a casa.
Cuando llegamos a mi portal le invito a subir para tomar una copa y seguimos con nuestra conversación sobre coches, le estoy dejando alucinado con la de cosas que se de coches y eso me hace sonreír, cuando llegamos al ascensor le digo que al tercero, lo pulsa y cuando las puertas del ascensor se cierran, me mira con esa sonrisa que me revuelve el estomago y se acerca lentamente a mi, nuestros labios se juntan suavemente, pero en cuanto su lengua se enrosca con la mía el beso se convierte en algo feroz y apasionado y sujetándome en sus hombros enrosco mis piernas a su cintura y intensifico aun mas el beso.
Cuando las puertas del ascensor se abren, seguimos besándonos y entre picos le digo que es el C. Sin bajarme ni dejar de besarnos, termino por abrir la puerta, entramos al piso y cierra la puerta con el pie y seguidamente me empotra en ella y empieza a besarme aun mas locamente mientras mete lentamente las manos por mi falda y yo intento quitarle el pantalón cuando de repente se escucha un ruido de algo rompiéndose y separándonos miramos al lugar de donde provenía el ruido y me encuentro a mi madre mirándonos con cara de horror en la puerta de la cocina y con un montón de cristales en los pies.


Continuara...




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